La obra se amolda a un retablo frecuente a finales de la Edad Media, caracterizado en gran medida por sus relieves escultóricos, aunque contó inicialmente con puertas abatibles que mostraban decoración pictórica. Junto con el donado en fecha temprana por María Fernández Calva, conservado de forma fragmentaria en Valsequillo Retablo de San Bartolomé, es el único ejemplar de dicha modalidad subsistente en Canarias. Además, por su forma y configuración, sobre todo por el remate que muestra grandes molduras de configuración ondulada, se atiene a un tipo de retablo que tuvo éxito en los Países Bajos hasta las décadas de 1530 y 1540, llamado comúnmemente de "estilo Moreau".
Se trata de un conjunto con formato rectangular y compuesto por seis cajas o escenas dividas en calles y cuerpos por marcos arquitectónicos, gracias a una decoración gótica finamente tallada y trabajada con tracerías, ménsulas y doseletes. Lo integran, a su vez, dos pisos y tres calles verticales, cuyo cuerpo central está elevado y rematado por un copete ondulante. Las seis cajas o recuadros presentan seis escenas dedicadas a la vida de la Virgen y a la infancia de Cristo, y están compuestas, de acuerdo con la tradición flamenca del siglo XV, por pintorescos y abigarrados grupos de figuras formados por numerosos y pequeños personajes distribuidos en varios planos de profundidad.
La escena principal está consagrada a la Anunciación, en el postigo central (APB-GC-E-003.1). A su derecha se representan los episodios de los Desposorios (APB-GC-E-003.2) y la Visitación (APB-GC-E-003.3), mientras que a la izquierda se muestran los de la Circuncisión (APB-GC-E-003.5) y la Adoración de los Reyes (APB-GC-E-003.6). Encima, como complemento, se localiza la escena convencional del Nacimiento o Natividad (APB-GC-E-003.4).
Aparte de dichos motivos, Negrín Delgado destaca las estatuillas de los dos profetas que coronan las entrecalles del retablo, cobijadas por sus respectivos doseletes y reposando sobre sendas ménsulas poligonales, a modo de capiteles decorados con motivos vegetales. La del lado del evangelio porta una filacteria de cuya inscripción original solo se conserva una “E”.
El retablo fue donado antes del año 1515 por Cristóbal García del Castillo, natural de la Villa de Moguer (Huelva), quien se distinguió por su participación en la conquista de Gran Canaria junto al gobernador Pedro de Vera. Establecido en Telde, fue propietario de una vasta hacienda donde explotó el ingenio azucarero de Las Longueras, además de alcalde real de dicha ciudad, promotor de la construcción del templo parroquial de san Juan Bautista sobre el solar de la primitiva ermita fundada por su padre Hernán García del Castillo "el viejo", y mayordomo de dicha fábrica hasta el tiempo de su muerte.
Así consta en una cláusula de su testamento otorgado en 1539: "el qual [retablo] me troxeron de Flandes, que al presente está en el altar mayor (...) yo lo hize traer en vida de mi primera muger Marina Rodrígues e de mi madre e en vida de las susodichas lo di a la dicha yglesia (...) para el altar mayor". Por lo tanto, su llegada se produjo antes de 1515, año en que falleció la dicha Marina Rodríguez. Desde mediados del siglo XVI preside la capilla mayor del templo. En 1628 se menciona la existencia de unas puertas que lo protegían, tal vez adornadas con pinturas, de las que se conservan las señales de sus respectivas bisagras en los extremos.
A lo largo de los siglos XVII y XVIII fue intervenido en varias ocasiones y durante la década de 1750, ya con un criterio artístico nuevo, el retablo acabó incorporándose a la calle central de otro de mayores dimensiones, de estilo barroco. Fue realizado por el maestro Nicolás Jacinto y sus ayudantes Marcelo Ferrer y Juan Vargas, tal y como documentó González Padrón.
Sobre su autoría, Hernández Benítez atribuyó su decoración a Gerard Goris o Joris, cuyo nombre aparece escrito en la orla del vestido de una de las figuras que conforman la escena de la Natividad (APB-GC-E-003.4). Por su parte, Negrín Delgado lo vinculó a la producción de los Borman en la década de 1500-1510, posibilidad que ya apuntaba Comte en la década de 1940. El hallazgo de la marca de garantía de calidad de la ciudad de Amberes, localizada durante el transcurso de la restauración llevada a cabo en 1998, consistente en 27 manos pirograbadas, no ha arrojado más luz sobre la identidad de su constructor y, nunca mejor dicho, pone de relieve la dificultad de establecer diferencias formales, estructrualees y compositivas entre maestros que trabajaban al mismo tiempo en Bruselas y Amberes. Referencia
Iglesia de san Juan Bautista
Presbiterio
Calle doctor Chill, 2-10
Telde
35200 Telde
Gran Canaria
Plaza de la Real Sociedad Económica de Amigos
del País de Gran Canaria, 1
35001, Las Palmas de Gran Canaria
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