La imagen de Cristo, muerto en la cruz, está representada con un cuerpo esbelto que se desploma apenas arqueado, con la cabeza reclinada hacia el lado derecho del pecho. El conjunto forma una curvatura en sus piernas que se flexionan para superponerse y recibir el clavo que atraviesa los pies. El rostro es barbado y se frunce para mostrar la agonía del suplicio. La expresión agónica y sus correctas facciones con la frente y las cejas fruncidas, al igual que las mejillas salientes y el tratamiento de los párpados inferiores, permiten asemejarlo con la escultura que imitaba el lenguaje pictórico de Roger van der Weyden (1400-1464), siempre influyente.
La boca aparece entreabierta dejando ver algunos dientes y la anatomía estilizada posibilita que el escultor manifieste su conocimiento anatómico con el tallado de los músculos de las piernas y los huesos, tensa musculatura, venas dilatadas, y manos y pies agarrotados. Por su parte, el perizonium tiene una apariencia rígida anudada por la parte izquierda y pliegues que caen por ambos lados de las piernas. Se puede asemejar con la escultura de la titular de la iglesia de Los Llanos de Aridane Virgen de los Remedios con el ensortijado de los cabellos que, en el caso del Crucificado, van a juego con la barba. Como señala Negrín Delgado, esa particularidad vincula a ambas piezas con talleres brabanzones. De Coone propuso adscribirla a una imprecisa escuela hispano-flamenca, planteamiento que no ha tenido repercusión posterior.
Este crucificado es difícilmente identificable con alguna de las tallas de similar iconografía que figuran documentadas en el santuario de Nuestra Señora de las Nieves. Desde 1571 ya aparece citado allí un pequeño Calvario y veinte años después un crucifijo flamenco, aunque ambas desparecen en la centuria siguiente. Otro Cristo fue referido en la sacristía junto a una Virgen Dolorosa y un san Juan, a raíz del inventario suscrito en 1568 por el mayordomo Luis Álvarez. Posteriormente dichas efigies se colocaron sobre la reja de la capilla de aquella primitiva ermita, lo que nos da a entender que se trataba de un grupo escultórico mucho más pequeño.
Un crucificado de las características del que ahora estudiamos no está vinculado con la evolución histórica del santuario de Las Nieves hasta 1718, cuando se hace un retablo para colocar en él una imagen del “Santísimo Cristo” que ya se cita con el sobrenombre del Amparo. Antes de esa fecha pudo ser venerado en la ermita del Planto, donde hasta el siglo XX se conservaron las esculturas de la Virgen de Dolores y san Juan Evangelista que lo acompañan. Setenta años después de esa entronización en el templo se realiza la estructura lignaria donde es conservado en la actualidad. El Cristo fue restaurado por Aurelio Carmona López en la última década del siglo XIX y así se ha venerado hasta el día de hoy, con la colocación en los años setenta la figura de María y del discípulo amado procedentes de la ermita del Planto, que sustituyen a unas anteriores de vestir esculpidas en 1885 por el imaginero local José Aníbal Rodríguez Valcárcel (1840-1910) (APB-LP-E-014/15).
Santuario de Nuestra Señora de las Nieves
Retablo del Calvario. Hornacina central
Carretera de las Nieves, 17
Santa Cruz de La Palma
38700 Santa Cruz de la Palma
La Palma
Plaza de la Real Sociedad Económica de Amigos
del País de Gran Canaria, 1
35001, Las Palmas de Gran Canaria
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