Inicialmente, el canónigo Suárez Miranda lo atribuyó al pincel de Luis de Morales “El Divino”, a través de un artículo publicado en el Diario de Las Palmas en julio de 1929. Según Negrín Delgado, la primera adscripción de este óleo a Ambrosius Benson fue apuntada por Juan Contreras y López de Ayala, marqués de Lozoya, durante la década de 1940. Asimismo, Bermejo Martínez establece el parentesco de esta obra con otras dos versiones de la Virgen de la Leche de Benson, de propiedad privada española. Por su parte, Karen de Coone pone en duda esta autoría, alegando que su carácter original debió perderse con la severa restauración de 1919, en la que fue adaptada al gusto neogótico del momento.
El verdadero nombre del autor de esta composición era Ambrogio Benzone, nacido alrededor de 1495 en Lombardía. En 1518 adquirió la ciudadanía en Brujas y trabajó durante una temporada en el taller del pintor holandés Gerard David (c. 1450-1523), del que posiblemente copió este tipo de composiciones de la Virgen con el Niño de medio cuerpo sobre un fondo neutro.
La pieza muestra a la Virgen, de medio cuerpo, sosteniendo a su rollizo hijo en brazos. Ambas figuras se acoplan compositivamente al marco de la tabla con formato vertical, guardando determinada relación con ciertas composiciones de Rogier van der Weyden (c.1399-1464), aunque en este caso sus cabezas aparecen nimbadas con multitud de rayos áureos.
Sus rostros ovalados y ligeramente ladeados establecen un diálogo visual lleno de ternura, complementado por la complicidad de sus carnosas sonrisas. Sus párpados caídos y un tanto gruesos se complementan con cejas muy finas, destacando el sutil rosado de los pómulos.
Jesús aparece desnudo, arropado por las rígidas y alargadas manos de su madre, en las que se ha querido apreciar la influencia de Giampietrino (c. 1480-1553), discípulo milanés de Leonardo da Vinci (1452-1519). Tal y como señala Georges Marlier, que ha realizado el estudio más completo y documentado sobre Benson, las manos grandes son un rasgo muy personal del pintor, considerado casi su firma, destacando en muchas de sus composiciones los nudillos de la falange media de los dedos. Con el brazo izquierdo, el Niño se aferra al cuello de su Madre, y con la mano derecha se apoya en el borde de su manto.
Contrasta la tez blanca de ambos personajes con la oscuridad del fondo y de sus espléndidas cabelleras que, en el caso de la Virgen, desciende sobre sus hombros. Genera así un juego de luces y sombras a la manera del gusto renacentista italiano. Asimismo, se producen curiosos efectos visuales en las diferentes calidades textiles de las prendas que visten. Puede apreciarse la delicadeza del velo casi transparente que cubre la cabeza de la Virgen; la finura del lienzo en los múltiples pliegues del pañal de Jesús o en el delicado escote de su Madre, en contraste con el grosor de los paños nórdicos del manto que arropa a la Virgen y de la túnica, en la que se entremezclan tonos dorados y azulados, colores que destacan con el rojo intenso de matiz vinoso tan característico de su autor.
El tráfico comercial mantenido entre Canarias y Flandes desde el siglo XVI propició la llegada de numerosas piezas artísticas al Archipiélago. El tamaño habitual de las tablas facilitaba su traslado y, a cambio de productos azucareros, permitía satisfacer la gran demanda de particulares, iglesias, ermitas y conventos.
En junio de 1599 la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria fue tomada por el pirata holandés Pieter van der Does, lo que se tradujo en incendios y saqueos de la mayoría de los templos de la capital, incluyendo la desaparecida iglesia del sagrario y el edificio primigenio de la catedral. Poco después del asalto, esta pintura flamenca realizada por Ambrosius Benson, fue donada por el licenciado Gabriel Ortiz de Saravia, natural de la villa de Ledesma, graduado en cánones por la Universidad de Sigüenza y canónigo de la catedral de Canarias desde 1592, y colocada en la capilla del baptisterio de la iglesia vieja o del Sagrario, tal y como consta en su testamento, firmado en Las Palmas de Gran Canaria el 8 de noviembre de 1613:
“Que puse un retablo de nuestra Señora de Belén en la iglesia vieja en la capilla del bautisterio, y la adorné de alguna plata y ornamentos, para que con alguna decencia se pudiese celebrar en ella la misa”
No pasó mucho tiempo para que trasladaran la pintura y diera nombre a su propia capilla que, tal y como se refleja en la documentación de la época, pudo estar bajo la advocación de san Gregorio Magno. Contando con ella, el recinto del Sagrario quedaba conformado por seis capillas: la mencionada del baptisterio, san Miguel, Nuestra Señora del Carmen, san Andrés y Nuestra Señora de la Antigua.
El canónigo Saravia dotó de manera espléndida aquella capilla con piezas de plata y varios ornamentos y solicitó al cabildo, el 7 de julio de 1609, que se reservara para decir misa en ella sólo los prebendados y el capellán. Posteriormente, regaladas por García-Tello el 7 de mayo de 1626, se pusieron al culto en dicha capilla las imágenes del “Niño Jesús” y de “san Juan Bautista Niño”, ambas conservadas en el templo catedralicio, que se colocaron en el retablo barroco tallado por Antonio Ortega en 1695.
A partir de 1781, tras el derribo de la iglesia primitiva del sagrario, la imagen se trasladó a la catedral, encontrando su nueva ubicación en la capilla de Nuestra Señora de la Antigua (hoy de santa Teresa de Jesús). Veintiséis años después, tras el desmembramiento del citado retablo barroco, se produjo un nuevo traslado a la capilla de san José, en la que estuvo gran parte de la centuria siguiente después de su restauración, en 1919, a manos del pintor Eladio Moreno Durán.
En el inventario del Museo Diocesano de Arte Sacro, campaña 2009-2010, se incluye esta pieza, por lo que su ingreso en esta institución se produjo con anterioridad a esa fecha. En la actualidad se exhibe en exposición permanente en la denominada Sala de Contaduría del Museo Diocesano de Arte Sacro de Las Palmas de Gran Canaria.
Museo Diocesano de Arte Sacro. Catedral de Santa Ana
Sala de Contaduría. Exposición permanente
Espíritu Santo , 20
Las Palmas de Gran Canaria
35001 Las Palmas de Gran Canaria
Gran Canaria
Plaza de la Real Sociedad Económica de Amigos
del País de Gran Canaria, 1
35001, Las Palmas de Gran Canaria
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